Soy el agua en la que puedes nadar con calma y sin prisas, yo soy la vida y la muerte.
Hoy tomé las tijeras plateadas de enlazadora y corté ese pensamiento que andaba flotando por allí, corté de raíz, lo tomé entre mis manos y lo dejé ir, lo dejé libre para adentrarme en el ahora.
Soy el sueño que se escribe y reescribe y que va acompañado por otros tantos sueños que forman muchos lazos entre si. Soy parte de la arena, del mar, del sol, soy hija de las estrellas y estoy llena de colores y formas que cada día intento descubrir.
Voy arrastrando mis pasos, voy lanzando miradas hacía el horizonte, creando espacios agradables en mi vida. Uso mis cinco sentidos y conecto con todo lo demás, unos días me cierro y otros me amplifico. Voy tejiendo los hilos que le dan forma a esta vida, entre papeles, tintas y letras, entre tanto arte que brota de mi esencia.
Creo que esta vez se nos vendrá encima una lluvia de emociones. Estoy empezando a sentir calor y frío, una oleada de energía intensa que va recorriendo mi cuerpo, alma y mente. Empiezo a sentir la alineación entre mente y corazón, voy tratando de encontrar sentido dentro de todo lo que imagino. Creo que es momento de materializar todo eso que esta dentro de mi imaginación. Ya no le tengo miedo al tiempo, no le tengo miedo a las viejas estructuras, sólo quiero montarme en esa nube aquí y ahora, por mi y para mi.
El camino me manda algunas señales y de repente veo en todas partes el mismo número, el mismo nombre, el mismo color, aroma y sabor. Entonces me suelto, me recuesto sobre el agua y me dejo llevar por la corriente. Voy rumbo esos nuevos lugares.
Disfrutando de la embriaguez que me regala la vida misma.
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