Más allá de tu ombligo, en una mirada global. Esto tiene que terminar.
Con armas no.
La solución nunca es la guerra.Pero no aprendemos.
Nos cuesta amar a pesar de las diferencias, defendiendo ideales absurdos por querer tener un pedazo de tierra.
Ser y dejar ser.
Parece que no lo entendemos.
Tolerar los defectos del otro, junto con sus errores, creencias y bondades, para sólo experimentar la experiencia que es la vida, suena fácil y parece para otros bastante difícil.
La puerta de entrada es aceptar la oscuridad propia.
Pero no sin olvidar reconocer nuestras virtudes.
Escapes para brillar a través de ráfagas de luz y fuego, llega la luna para tapar la claridad. Y así la noche nos muestra una breve respuesta al ciclo de la vida.
¡Armas no más!
Niños llorando, sirenas suenan, las alarmas anuncian que viene el terror. "Sálvese quién pueda"—exclamó el señor.
¿Puedes ver ahora como tu problema es micro comparado con lo macro que pasa en el mundo?
No es que no importes, es que eres perfectamente capaz de ser agente de cambio a través de lo que amas hacer.
Sácate la venda y tira las armas.
¡Armas, no más!
El malo poderoso siempre hará campañas para hacer quedar como victimario a la víctima.
Sufren por tu sed de poder, cegados por destellos de disparos al azar y yo lloro aún sin conocer el verdadero trasfondo.
En cualquier guerra, baja tu arma y abraza al de al lado.
La vida se envuelve en segundos cuando el corazón se agita y las balas te persiguen.
¿No te das cuenta de que son seres humanos señor tirano?
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