El escenario de mi mente se aleja de la realidad, las distorsiones que proyecta están cargadas de recuerdos que me invento y un diálogo interno en el que pienso que quizás, la paciencia para hacer ciertas cosas, ya no la tengo. Que me quedan pocas ganas de perder el tiempo, que insisto en encontrar momentos que permanecen indelebles dentro de mi corazón, momentos reales, personas reales. Amar y compartir.
Siento. Siento como si algunas veces estuviera a punto de explotar, como si aquello que es para mí está a la vuelta de la esquina, aunque ni siquiera tenga una pista, aunque todo esté tan confuso que no me permite actuar. Siempre quiero ser valiente, pero me da miedo insistir en personas intermitentes y cobardes. Quiero que te puedas quedar, quiero que me saques esa idea loca, la reinventes y la hagas realidad –respiro– me canso, no puedo evitar las ganas de vivir y moverme que tengo.
Y si te encuentro, sabré reconocerte. Cuando me abras la puerta me daré cuenta, no dudarás, no dudaré, porque todo lo que alguna vez imaginamos será VERDAD. Sólo seremos, sólo reíremos. Cantar contigo podría ser un sueño, escribir sobre mí contigo, es mi momento sublime.
Jugamos a las escondidas. ¿Quién de los dos dará el primer paso? Para mí todas las señales marcan un destino, ¿y sabes qué? A veces, se siente inevitable.
Mientras tanto: Distorsiona la realidad.
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