He estado escribiendo en silencio todos estos días y eso me da paz. Hoy quise escribir a voces y sucede lo mismo, me da paz.
Quiero escucharte toda la tarde hablar, parte de la mañana y de la noche, o hablar en silencio contigo.
Mi emoción no me está dejando dormir, como decía una amiga: "Vas pa'l cielo y estás llorando". Y sí, resulta que esas lágrimas son de alegría, ya no de angustia, ya no para generar un llamado de atención absurdo, esto es para mí. Me he vuelto suceptible a las subidas y bajadas que he dado en la vida.
¿De qué sirve el cielo ahora mismo si no es para volar? En la cima también hay miedos, esos amigos no se van, ellos siguen susurrando pero, nos estamos amigando.
El miedo se transforma en fortaleza y en impulso para pegar el salto de lo onírico al mundo real.
¿De qué sirve la violencia si es algo que nos causa dolor? Dolor físico al violentado, dolor moral al que tuvo la acción de violentar. No es agradable.
No sé si lo que siento es de poetas, o de una loca que va creando lo que siente en el camino, el camino donde se encuentra el todo. Ese todo que quiero aprender a pintar, ese todo que habita en los humanos.
"El último escrito en la mansión Foster y nos vamos" surgió dentro de la nada, un rato de silencio. Como ese minuto en el que miramos hacia los recuerdos para despedir a quienes conocemos y reconocer su existencia. Oigo un play-list que me compartió un hermano, estoy de paseo por diferentes emociones y disfrutando del momento, disfrutando de Anais con Anais.
En un principio pensé en escribir algo que tuviera sentido, pero son tantas cosas por decir que a veces no encuentro la forma de ponerlo en palabras y creo que si no hay palabras para decirlo es porque es tan profundo que es infinito. Digamos que el puente al Universo es eso, lo infinito.
Estos últimos días le he dado vueltas a una canción de rap de un canto depresivo y no es porque me sienta deprimida, es que quiero aprender a expresar sin buscar lastima o compasión de otros. Ya no estamos para eso, solamente queremos ser escuchados, solamente queremos vivir en paz.
Creí que este escrito se trataría de la mansión, de los amigos y amigas que hice, de las experiencias buenas y malas, de los charcos que tuvimos que pisar para salir de la casa, o del temblor que casi me hizo romper la guitarra.
Ya no sé de que se trata, sólo sé que queremos vivir en paz.
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