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Un Cuento de Navidad en el Planeta Tierra



 Hay personas que tienen como vocación servir a otros y pecan de “servidores universales”, hay otros a los que les gusta enseñar a otros y terminan enseñando a medio mundo sus aprendizajes. Otros tienen la vocación de hablar con cualquier desconocido en la calle y crear lazos cortos y en pocas ocasiones duraderos. Mientras que otros, se manejan entre la vocación de animadores de fiesta, del tipo bochincheros imparables y así hay infinidad de vocaciones en el mundo.



 Mi vocación y defecto, es el de meterme donde nadie me ha llamado porque me creo “la defensora del pueblo”, creía que había aprendido la lección hace un par de meses cuando regresando de ver el amanecer me encontré con un pervertido frente a la ventana de una vecina y lo ataque verbalmente para que se alejara, afortunadamente el tipo se fue pero luego analizando la situación me di cuenta de lo poco analitica que fui ya que, la calle estaba completamente sola.


Creí que había aprendido porque después de eso, me metí cautelosamente en una disputa para ayudar a una mujer que lloraba y pedía ayuda con su niña en brazos mientras se bajaba de la camioneta de su “marido” o verdugo. Yo salí al rescate buscando a nuestros amigos/enemigos policías. Todo para que al final esa mujer terminara por decidir que no denunciaría a su marido ante la policía, lo que lo dejaría libre de vuelta para seguir haciéndole la vida imposible. Historias sin sentido.


 Me encanta la vida porque uno hasta que no se da bien duro con la piedra en los dientes, parece que no termina de aprender y en mi caso sigo desafiando al peligro, porque no sé que “magia” o bicho raro dentro de mi me hace creer que soy “superstar”. Resuena en mi cabeza la vocecita de: "debo dejar de ver series de superheroes".


 La noche de Navidad se desarrolló en la casa de mi mejor amiga con una cena espectacular, llena de vino, risas, historias, sueños, cuentos, silencios y luego una salida a una pequeña fiesta con 50 desconocidos mientras nosotras mismas creamos nuestra propia área VIP y un calvo intentaba ser el buena onda de la noche queriendo hacerse el interesante en inglés.


 Nos aburrimos, nos fuimos en busca de alguna banda de rock en vivo que tocara temas originales porque mi nueva visión “navideña” me llevó a:


-Ya sé que quiero hacer para mi cumpleaños y que es lo que tengo que buscar para que mis noches vuelvan a ser divertidas. Quiero escuchar bandas en vivo que tengan temas de composición propios- le dije a mi amiga


-¡Ay si amiga! Eso es lo que a mi también me gustaría- me respondió


-Si, el tema es que eso es algo que no existe acá, eso está en otro lugar. Tipo en Europa… Quiźas en sudamérica, pero tengo ganas de esto, de ver gente haciendo su propio arte, están bien los covers pero las canciones originales le agregan otro sabor a la cosa y eso me inspira a hacer mis propias composiciones y a escribir nuevas historias.


-¡Si! ¡Eso! Yo quiero ahora vivir a través del arte y compartir ese arte a donde vaya, disfrutar realmente de la vida y fluir en lo que me gusta- Me decía mi amiga


 Así que ahí íbamos las dos, por la 5ta AV. de Nueva Short, en la búsqueda de un ideal que mientras más caminábamos, más nos dábamos cuenta de que era sólo una idea que estaba en nuestras cabezas, una idea proyectada con una imagen futurista que no se asemeja nada a la realidad de esta ciudad.


 Fuí a buscar mi bici “la negrita” y me despedí de mi amiga. Me fuí queriendo llegar a casa para dormir un poco porque dentro de nada tendría que abrir nuevamente los ojos para ir a trabajar. Hice mi recorrido de siempre y cuando doble para salir de la AV principal, me conseguí en una esquina a dos policías con dos chicos que obviamente no eran de acá y ahí va la super heroína a defender.


-Hey guys, ¿are you okay?


-No we’re not, we’re just walking around and they come to us, we’re not doing anything


-Señor oficial, disculpe. ¿Qué hicieron los chicos?


-¿Usted quién es señorita?


-Yo soy una ciudadana del mundo- jajaja, no sé porque respondí eso y la verdad es que ahora no entiendo la pregunta del policía, el que yo dijera quien era no iba a cambiar nada de lo que estaba sucediendo. ¿O si? 


-My friend is a lawyer, I dont know whats going on


- Me neither that's why I stopped 


-Señor, quiero saber por qué los están deteniendo a los chicos veo estaban ahorcando al chico, son extranjeros, no hablan español y seguramente no están entendiendo nada de lo que está pasando


-Lo que está pasando es una revisión de rutina y él nos está insultando, haga el favor de retirarse señorita


-Pero si ni habla español señor, yo no estoy escuchando que lo insulte, simplemente no entiende nada de lo que está pasando


-Lo mejor va a ser que se retire señorita


-No, yo no me voy a retirar porque estoy en la vía pública


-Si no se retira voy a tener que llamar a una femenina para que la detenga a usted también por interferir en la justicia- me dijo con tono amenazante mientras cerraba molesto su porra porque no podía atacarme ni tocarme


-Señor pero no tiene sentido que se los lleve por estar caminando


-El chicos nos insultó, los israelitas son así


-Ah, pero eso es un comentario racista señor


-Can you please make a video?


-No sorry! I can’t they want to call to a female police officer


-Oh my god


-Mire señorita no me esté insultando, no tiene porque atacarnos


-¿Pero yo que dije?- Claramente el tipo no entendía nada de inglés.


-Nos está insultando


-Es mentira, yo no le he dicho nada- grité, casi profería un insulto pero empecé a querer irme de allí.


El policía empezó a radiar, se me cayeron las llaves, el teléfono, me bajé de la bici, recogí todo.


-Please don’t leave us


-I’m sorry man, they are calling to a police woman, so sorry


En todo el tiempo que estuve allí el otro policía nunca soltó al otro chico. Me fuí de allí andando como Cruella de Vil. Me bajé por otra calle diferente y en la calle contraria pasó otra patrulla de policía, diciendo por el parlante algo así como: “estamos buscando a una de nuestras compañeras” sentí que lo hacían para asustarme más. No podían detenerme porque eran hombres, me fui por otras calles tratando de que me perdieran de vista, mi corazón a mil por hora, no quería tener que pasar la noche encerrada sólo por hacer preguntas y por cargos inventados de un policía fuera de sí y claramente deshonesto. Llegué a mi casa finalmente, até mi bici, me encerré. Me dieron ganas de huir de esta ciudad que claramente ya tiene varios pedazos podridos dentro de sí.


 La soñadora, que siempre ha creído en la justicia y en que la palabra tiene mucho poder ha caído en cuenta de que la podredumbre de esta sociedad marchita por un virus que se está comiendo la cabeza de la mayoría de la sociedad, la codicia, las injusticias, el mismo racismo deambulando por las calles, el abuso de un poder que ya no existe y el uso de armas de manera incorrecta sólo para atemorizar a la gente son ingredientes perfectos que llevaran a muchos de los que no han entendido de lo que se trata la vida en este planeta a perecer y/o a hacer implosión. 


¿Es sobre esto de lo que hablan cuando nos intentan convencer de consumir el espíritu de la Navidad? Es sólo una pregunta retórica. La sociedad, el sistema y toda su estructura vencida nos quiere obligar a bajar los brazos, la cabeza y a ser simples títeres. Yo mejor me voy por el camino del costado en el que estoy segura de que ellos no podrán entrar.





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