Desperté para volver, caí en el charco oscuro de una pesadilla que se repetía sin cesar. Cartas y fotos rotas, mientras el filo del cuchillo se apoyó sobre mi garganta para atravesarla. Abrí mi mente, mostré mis desnudez entera, me enganché en luchar permanentemente, creyéndome una guerrera, creyendo que así como me levanté de otras oscuridades iba a poder con esta fácilmente. Fue muy iluso de mi parte pensar que la luz de mi sonrisa, nunca se vería opacada. Fue muy inocente de mi parte creer, que dentro de toda esa falta de luz crearía mi mejor obra de arte. No aprendo de las pesadillas, no entiendo razones cuando los demonios me atacan. Me vuelvo parte de ellos mientras me encuentro: al borde de la línea. Siento como si buscara algo para exteriorizar el potencial dentro de mi. La tormenta llegó para quedarse durante un período de tiempo. Aquel vestiglo se puso su mejor disfraz, todo parecía tener tanto brillo, todo parecía sacado de un cuento. La bruja fresa con el a...
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