La rosa que seca que nunca me diste, está guardada dentro de mi cuaderno lleno de poesía. Las cartas que te envié al buzón de los sueños, permanecen conmigo y ni en mil años las romperé para que algún día las puedas leer. Mis poemas siguen saliendo con más intensidad, sin temor alguno, sin barreras que impidan describir el ser que eres. Las noches largas de filosofía aun siguen conmigo, en mi filosofía entras tú, mi filosofía dice que eso de amateur ya no va conmigo, el silencio en las noches de filosofía ahora es música cuando duermo. El mensaje escrito en el ascensor con mi lápiz labial favorito, aun sigue en el mismo sitio reflejándose en el espejo. La conserje se quedó sin empleo, ya no tiene gradas para limpiar, ahora en las noches la soledad se apoderó de aquel edificio, "nuestro edificio". De mi memoria se fue el ser que me inspiraba, ya no hago música de lo que escribo, en tu maleta se fue mi alegría, te fuist...
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